"El Rugido que Nació en la Selva"
Historia Lobatismo
🐺 Nacimiento del Lobatismo

En el año 1914, mientras el mundo era sacudido por la Primera Guerra Mundial, el escultismo vivía un momento difícil. Muchos scouters estaban en el frente de batalla, y el movimiento —que había crecido con fuerza desde 1907— comenzó a estancarse.
Durante este tiempo, Baden Powell vio una oportunidad para desarrollar una nueva propuesta dentro del movimiento: una sección pensada especialmente para niños menores de 11 años. Desde el inicio del escultismo, los más pequeños deseaban ser parte del movimiento, pero no existía un programa adecuado para ellos. Algunas tropas intentaron formar grupos llamados "Junior Scouts", pero estos experimentos no dieron buenos resultados.
Baden Powell sabía que libros como Scouting for Boys y Aids to Scouting no eran apropiados para esa edad. Así que, junto con Percy Everett, comenzó a diseñar un método educativo especialmente adaptado a los más pequeños. En sus palabras:
"El nombre Junior Scouts nunca servirá como nombre permanente. Nunca pensé mantenerlo, pero servirá para explicar el movimiento. Debemos inventar un nombre que guste a los chiquillos… originalmente pensé en lobatos, cachorros, potros o jóvenes scouts."

La inspiración definitiva para el nombre vino de la obra El Libro de las Tierras Vírgenes, escrita por Rudyard Kipling, autor con quien Baden Powell tenía una relación cercana. Kipling tenía un hijo en el escultismo, había compuesto la canción oficial de los Boy Scouts británicos y, al igual que BP, formaba parte de una antigua orden fraternal. Por estas razones, Kipling autorizó el uso de su obra para dar forma a este nuevo programa.
Así, el 2 de diciembre de 1916, se publicó por primera vez The Wolf Cub's Handbook (El Manual de los Lobatos), escrito por Baden Powell. En este libro se establecían las bases del lobatismo, con un enfoque educativo lleno de fantasía, aprendizaje y crecimiento personal.
A pesar de la guerra, el lobatismo creció rápidamente. En su primer año ya contaba con más de 30.000 integrantes. Uno de los factores clave de su éxito fue que las mujeres podían liderar manadas, lo cual fue fundamental durante el tiempo de conflicto, cuando muchos hombres estaban en combate.
Unos años más tarde, durante el Jamboree Mundial de Olympia en 1920, se recreó una jungla tropical inspirada en los libros de Kipling, con cabañas de troncos y estructuras primitivas. Ese día, cientos de lobatos realizaron un gran clamor de manada que retumbó en todo el recinto.
Hoy, más de un siglo después, la llama del lobatismo sigue viva, acompañando a miles de niños y niñas en todo el mundo en sus primeras aventuras scout, bajo la guía de Akela, Baloo y el espíritu de la selva.